Es muy común utilizar la palabra marca y la palabra logo como sinónimos. Si bien son conceptos con una relación intrínseca y casi inseparables, hay diferencias importantes que como diseñadores y compañías deberíamos entender.
Un logotipo es un símbolo gráfico que identifica a una empresa, un producto comercial, o en general, cualquier entidad pública o privada. Es la manera de distinguirse en un mundo competitivo, lleno de elementos gráficos que intentan llamar nuestra atención todos los días. Generalmente están formados por tipografías, gráficos y colores.
Una marca es la combinación de atributos tangibles e intangibles que van desde el nombre, hasta los anuncios publicitarios. Las marcas son el resultado de expectativas cumplidas, de experiencias y relaciones que en su conjunto motivan la decisión de escoger un producto o servicio sobre otro.
Esto significa que el logo es uno de los elementos más importantes para crear una marca y quizá el más inmediato; pero no el único. La plataforma de marca (atributos, razón de ser, ADN), el nombre, el territorio visual (estilo de fotografías, colores, tipografías secundarias, iconos, texturas, etc.), el territorio verbal (contenidos de comunicaciones internas y externas), las aplicaciones (sistema de impresos, página web, papelería), entre otros, es lo que hace que una marca pueda llegar a ser tan imponente, reconocida y amada en el mundo.