Actualmente, el mundo es muy saturado y competitivo, y no es suficiente tener un currículum sobresaliente o habilidades impresionantes. Es más importante que nunca destacarse entre la multitud. Pero ¿cómo podemos lograrlo? La respuesta está en el personal branding.

Esta última es la práctica de cultivar una imagen, una reputación y una presencia única que te diferencia de los demás. Piensa, por ejemplo, en personajes como Madonna, Michael Jordan, Lady Gaga o Roger Federer. Todos ellos son claros ejemplos de personas con un exitoso personal branding. Sin embargo, esta herramienta no se limita a celebridades; cualquiera que lo desee puede utilizarla. 

En Brandia hemos tenido varios casos de éxito de desarrollo de marcas personales, como es el caso de Jeff Bomberger, un guía espiritual de Los Ángeles, o Beatriz Osorio, una abogada migratoria en Florida. En resumen, se trata de gestionar tu imagen personal, posicionándote de forma que tu audiencia entienda claramente quién eres y qué ofreces. 

Una marca personal se puede desarrollar de muchas formas, pero el primer paso y el más importante es conocerte a ti mismo. Si no lo haces, ¿cómo puedes estar consciente del valor único que ofreces? Debes saber exactamente cómo quieres que te conozcan, por qué quieres ser recordado, y diseñar y cultivar esa imagen constantemente en todo lo que haces. Esto va mucho más allá de solo un logo, paleta de colores o incluso un slogan: debes tomar en cuenta tu personalidad, tus habilidades y tu experiencia. Después de eso, queda definir a quién te quieres dirigir, cómo y en qué canales.


Ser coherente y auténtico con tu propia marca es lo que te ayudará a construir una base sólida y confiable que conecte con las personas y con tus potenciales clientes. El personal branding puede ser la clave para impulsar tu carrera profesional, así que no tengas miedo de descubrirte y posicionarte. Cada uno de nosotros tiene una historia distinta, ¿qué esperas para contar la tuya?