Para este proyecto era sumamente importante tener un nombre que hablara de su esencia y origen. Por lo mismo se utilizó el número del dorsal de la primera mujer en correr el maratón de Boston, Kathrine Switzer, quién abrió paso a todas las demás y de dónde nace la inspiración de 261. 

La identidad desarrollada se comunica de manera concisa con mensajes breves pero fuertes, que invitan de manera única a las demás personas a formar parte de la comunidad y a experimentar la sensación de apoyo y sororidad.

Se desarrolló un logotipo exclusivamente tipográfico, con un peso fuerte y una dirección en itálicas que le aporta confianza y movimiento. Este dinamismo se refuerza con el desplazamiento del “seis”, que se mueve hacia adelante, a un futuro aspiracional. El abrazar el texto con guiones bajos nos habla del mensaje de inclusión que inspira al proyecto. 

El sistema se compone de colores e imágenes que no sólo dan una fuerza visual, sino también conectan con el mensaje de la marca, logrando la mezcla perfecta entre un uso fotográfico e ilustrativo, dándole vida a una marca trascendente.