Hay que tener claro que un rebranding es mucho más que una actualización de imagen. El branding está conformado por muchos elementos, por lo que este proceso del que hablamos, puede ir desde un cambio general o solamente enfocarse en algo más específico, ya sea de estrategia o diseño. 

La innovación está en todos lados, tenemos que saber que innovar no solamente es crear algo nuevo, sino también modificar algo que ya existe. Muchas veces se generan dudas de cuándo debe haber una renovación en las marcas, aquí solucionaremos algunas de ellas. 

Primero, ¿cuál es la diferencia entre el branding y un rebranding? 

El branding es la construcción de marca, en donde se genera la razón de ser de la misma, su ADN, nombre, identidad y comunicación. Todos estos elementos se convierten en pilares que permiten darle vida y contar su propia historia. 

El rebranding, como su nombre lo dice, busca la reconstrucción de la marca, con el objetivo de rejuvenecer y/o replantear algunos de los pilares ya establecidos anteriormente. Esto no quiere decir que estén mal construidos, pues hay que tomar en cuenta que vivimos en constante cambio, en donde los tiempos, estilos de vida y las formas de gestión también se ven afectados.

Tomando en cuenta que todas las marcas son únicas y diferentes, debemos de saber que este proceso también lo es. Algunas requieren replantear sólo su parte de identidad; otras, llegan a cambiar de nombre y algunas deben de generar cambios internos que se reflejarán en su estrategia completa.

¿Cuándo es importante hacer un rebranding?

Así como las personas, las marcas también tienen un ciclo de vida, en el cual se puede llegar a un punto de desgaste, estancamiento o declive, por eso es importante aprender a identificar cuál es el caso en el que se encuentra tu marca. Algunas marcas creen que es necesario hacer un rebranding cuando ven que se están quedando atrás en el mercado, pero es importante ir siempre un paso más allá logrando esos cambios antes de que sea tarde. 

Ambrosía es uno de los casos con el que podemos ver la importancia de los cambios de estructura. Esta marca decidió innovar después de 35 años en el mercado, encontrando así, nuevas oportunidades para ampliar su modelo de negocio. Hoy, su portafolio ofrece una gama de servicios integrales y su rebranding se ve no solamente en la identidad, sino también en sus esfuerzos constantes de cambios internos que se reflejan en su comunicación general. 

Hay algunos casos en donde la estrategia e identidad están muy bien establecidas y las renovaciones son mínimas, pero se adaptan a las nuevas tendencias y eso permite que no haya un cambio tan drástico, pues van modificándose al mismo tiempo que el mercado. Por otro lado, también existen casos en donde la marca lleva mucho tiempo en el mercado, pero no era conocida o percibida por la mala construcción que tenía. 

Las Garrafas es una marca de productos sofisticados, pero su imagen no lograba transmitir la propuesta de valor que tiene. Este es un ejemplo en el que podemos ver cómo un rebranding puede llevar a una marca a un escenario único. Hoy Las Garrafas no sólo reforzó su imagen, también logró crear una gran familia basada en custodios que transmiten la esencia de la marca. 

Aquí podemos ver que no existe una regla específica que nos indique cuándo hay que hacer rebranding, lo que sí, es que debemos de respetar siempre la trayectoria que ha llevado la marca con la que se tiene que trabajar. 

¿Qué se debe de tomar en cuenta cuando quieres renovar tu marca? 

Cuando se hace este proceso, ya existe un punto de partida como base, por lo que se tiene que analizar primero de dónde viene el problema principal para conocer si se debe empezar desde la estructura o no. También es importante saber que no hay que abusar con los cambios: estos deben de alinearse no sólo con la razón de ser de la marca, sino también con las necesidades del público objetivo para poder llegar a conectar con él. 

El rebranding puede ir desde un rediseño de empaque hasta un cambio general de la estrategia, pero no hay que relacionarlo con algo negativo, al contrario, este proceso no sólo mejora la imagen de la marca, también mejora la percepción de la misma.