Debemos recordar que la creación de marcas va mucho más allá del diseño y empaque. Las marcas, al igual que las personas tienen un comportamiento específico en el que podemos ver sus gustos y actitudes, esto nos ayuda a definir la forma en la que nos relacionamos con ellas. 

Al agrupar estás cualidades se define lo que se conoce como personalidad de marca y en este artículo te explicaremos la importancia de tener una.

Primero, ¿qué es la personalidad de marca? 

Nosotros como personas tenemos características que nos definen y eso hace que podamos estar seguros de quiénes somos y aquello que nos gusta, es decir, tenemos una personalidad. 

Hay que recordar que las marcas tienen vida y al definir una personalidad logramos humanizar más a la marca para que esta pueda tener seguridad de quién es y aquello que busca comunicar.  

Cuando le otorgamos este tipo de rasgos a las marcas empezamos a empatizar y a relacionarnos de mejor manera con ellas y a su vez, definimos la actitud y valores que la representan. 

¿Cómo definir qué personalidad tiene mi marca?

Los arquetipos de marca son una herramienta que nos ayuda a definir la personalidad, no define quién eres, pero ayuda a conocerte y a desarrollar esos rasgos y características. 

Carl Jung, psicoanalista suizo, clasificó 12 tipos que representan las motivaciones básicas del ser humano y ayudan a que las marcas tengan un mayor propósito, generando mayor conexión con los consumidores. 

Los 12 arquetipos y algunos ejemplos de marca: 

  • Creador: busca constante de la innovación, suele tener una personalidad artística y una gran imaginación. 
  • Inocente: busca simplicidad y positividad, ofreciendo a su vez seguridad a sus consumidores. 
  • Sabio: busca conocimiento constante y compartirlo con otros, ofrece enseñanzas y crecimiento.
  • Explorador: quiere libertad y es súper aventurero, le gusta estar en búsqueda de la innovación y de nuevas experiencias. 
  • Héroe: se pueden enfrentar a cualquier desafío, quiere compartir sus logros con otros y que se vuelvan parte de ellos. 
  • Mago: transforma la realidad, buscando poder y creando cosas disruptivas. 
  • Rebelde: siempre va en contra de la corriente, buscando una liberación y poder compartir su forma de pensar con otros creando pequeñas revoluciones. 
  • Alegre: busca diversión, es una marca social y que le gusta compartir con otros, es sumamente positivo y le gusta ver el lado bueno de las cosas. 
  • Amante: busca una intimidad y generar placer a los consumidores, más que referirse al amor, se refiere a una sensación de audacia. 
  • Accesible: busca pertenecer a algo, poder compartir con muchos su manera de pensar y es fácil de encontrarlo cada vez que lo necesites. 
  • Cuidador: busca ayudar a los demás de distintas maneras y brindar soluciones a sus consumidores para protegerlos, ofrece mucha seguridad. 
  • Ejemplar: busca poder y respeto, que la gente lo mire y tiene un gran poder de persuasión. 

Es importante saber que los arquetipos pueden mezclarse para crear una personalidad única y así poder tener una conexión con el diferenciador principal de la marca, desarrollando una esencia que ayudará a posicionarte de una mejor manera. 

Y recuerda que a pesar de que en toda industria exista competencia, cuando  creamos identidad no deberíamos de compararnos con nadie más, pues el objetivo es llegar a descubrir esa singularidad. Al igual que las personas, las marcas tienen que ser una misma para poder ganar respeto y ser coherentes con lo que quieren y comunican.